jueves, 26 de marzo de 2015

Todos los hombres y mujeres insistiendo en cerrarse al dolor. Buscando maneras mediocres de evitarlo, de doblar las esquinas cuando aparece al final de la calle la silueta negra de sus peores miedos: pérdidas, rupturas, engaños, desconfirmaciones. El ser humano sonámbulo actúa como un ciego voluntario y crean infantiles artimañas de autoengaño. Elijo salirme del programa mental de la estupidez. El dolor existe, es real, golpea y derrumba los muros de piel de la cara. Ya no lo esquivaré, no esconderé del viento mi pecho lastimado y si ha de doler, que se endurezca mi, hasta ahora, frágil espíritu.



jueves, 19 de marzo de 2015

jueves, 5 de marzo de 2015

Hoy



Hoy he sido una mala niña.
No tomé mi vitamina, no desayuné y bebí café.
No ordené la casa, no acaricié al gato y me pinté los labios ante un espejo quebrado.
Hoy no me puse tacos de señorita, no he dicho ningún "te quiero".
Hoy me subí a una nube y aventé piedras hacia ríos oscuros, ríos que son las venas de la ciudad enferma.
Dejé caminar a una araña por mi brazo, hice pitanzas a los fantasmas, quise compañía y di patadas al aire.
Escribí garabatos, debatí de religión y del tiempo con perros callejeros. Tropecé con mi nudo de garganta cuando eché de menos y mi vuelo de mosca hizo un zigzag por la memoria.
Hoy no he sido una niña buena. He sido sólo niña, niña envejecida en la comisura del ojo. Hoy no salté, ni canté.
Hoy bostecé y caminé por veredas sin sombra, derritiendo los pensamientos  que no alcanzan a ser buenos versos, despreciando el consuelo fresco y traicionero de una vida que intenta joderte cada media sonrisa y te cobra al día siguiente.
Hoy no recordé mis sueños ni lamenté no hacerlo. 
Hoy me solté de la mano de las intenciones hermosas, de los fastidiosos angelitos de la guarda, de mi alter ego candidata a santa.
Hoy he sido una niña mala.