Un sonoro despertar de fierros quiebra el alba
hay movimiento en la jaula
las fieras alistan sus garras
el suelo tiembla
la agonía ansiosa abre grietas en los barrotes
una batalla se libra en el corazón de la ciudad dormida
una corriente de aire se filtra
las fieras retoman el aliento
el pensamiento se alborota
la fuerza sofocada empuña la daga de la venganza
en el terreno de lo absurdo aún queda espacio para el crimen
sus mentes sin lenguaje, sus rugidos enloquecidos
todo en su ser se impregna de revolución
cuando se liberan las gárgolas oscuras
que escoltarán con ensordecedores quejidos la marcha de los renacidos
los candados se oxidan en segundos y caen
rindiéndose ante tan soberbia batalla
¡un grito, un salto!
el caos desatado se infiltra en las pesadillas de los ilusos durmientes
la ciudad ya no es hogar para inocentes.