domingo, 18 de marzo de 2012

El cuento eterno


El grupo de almas levantó un poco de polvo cuando transitó la vía de la muerte. Eran almas insurrectas, atadas por la espalda con finos hilos de plata.
Se sentaron a descansar y luego una fuerte luz los sumergió en un sueño profundo y aturdidor. Entonces las almas, ya olvidadas de su realidad, se vieron al espejo en cuerpos ajenos, con las manos en otros talentos, con la boca en otros vicios. Y su frágil memoria de naturaleza humana les hizo ol olvidar a las otras almas, que seguían unidas por el cordón de plata.
Un día en que los cuerpos extraños se aproximaron dijeron "¡nos hemos encontrado!" y las voces escuchadas por eones afinaron sus tonos, aquietaron la angustia. "¡Nos hemos encontrado otra vez en ésta porquería!", la vida en la materia, la no-vida densa y sofocante, y amando y sufriendo y riendo las almas se reunieron, otra vez hasta el camino de la muerte lenta, el olvido y el nacer. "Ésta porquería no es tan mala después de todo" pensaron cuando todos, con cadenas invisibles atadas a sus espaldas, conjugaron la victoria y el lodo. Ésta porquería no es tan mala, después de todo...con ustedes, otra vez, con ustedes se vuelve soportable.
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Para tres personas especiales que, estoy segura, son mis compañeros de viaje.