sábado, 9 de julio de 2016



Nadie entiende la angustia de una luciérnaga
Navegué hacia el sol siendo pequeña
¡incendié mi mundo!
brotaron cientos de historias en llamas
pero tanta incandescencia asustó a los faroles

Me vi en la oscuridad
sobrevolando la ciudad de los corazones durmientes.
El calor de alguna pequeña chispa mantenía encendidas mis alas traslúcidas

Ahora en oscuridad
al dormir sueño con el calor de la infancia
con el fuego de los cuentos que guardan los sauces para los pequeños
con los palacios que los niños encuentros en los pinos

Aún sueño...
pequeño insecto en un desierto gélido
aún evoco la memoria de la luz...

cuando el fuerte viento me lanza hacia un camino solitario e incierto

cuando me encandila el espejismo de lámparas errantes

cuando tu sonrisa se congela en una ventisca de problemas

cuando no hay salida

cierro los ojos y me elevo en mis iluminados
ingenuos
ilusos
pensamientos