martes, 28 de febrero de 2012

Sin tiempo, eterno.


Ya no tengo miedo
No avanzará más el tiempo
mi pacto con los relojes es mortífero para las estaciones
Así, como si nada, el tiempo se detendrá
Mis pies de niña de barro podrán bailar sobre los charcos
no se desarmarán
El fuego es una lámpara que apenas se enciende
no se expanderá
Porque todos los minutos, las horas y segundos
los guardo en el bolsillo de mi pantalón de invierno, apolillado por la espera de su despertar
Ahora puedo vivir, ahora que ya no crezco o envejezco
juntando historias frívolas sobre el trabajo, los viajes, los nietos...
Ya no tengo miedo
nunca más habrá un amanecer
el cielo es una postal rojiza ruborizada por su belleza
una fotografía estallando ante la mirada enamorada del océano
He detenido la tarde, el mes, el siglo
Y ahora que nada se mueve sobre la tierra
doy licencia al viento para renacer entre los árbolas
e inflar los pulmones de mi nueva vida como eternidad.