viernes, 6 de abril de 2012

Canción del Odio


Odio a la verdad dando puñaladas por la espalda
mientras intentas avanzar por la oscuridad a gatas
Odio el amor, la bondad, el deseo de ayudar y la proactividad
Odio que ames lo despreciable de mi otra parte
Odio las horas mareadas de fármacos amargos
Odio los vacíos del tiempo en mis orejas
el silencio gritando palabras soeces
el grito enmudeciendo en la cárcel de la boca
Odio la vida que se prostituye con los otros, con su rostro despampanante
recorre las plazas y boulevares buscando amantes
Odio que tras sus aventuras me lanze limosnas por los rincones
Odio mi imagen, odio el ser
Odio a los puritanos, la exitosa y prometedora juventud, la felicidad de la sombras
Y todo el odio por el que odio hace que odie mi quimérica libertad
ya no la sueño ni dormida ni despierta
¡que muera la memoria de lo bueno y veraz!
Yo sólo miro el punto invisible para la humanidad
el que se esconde en los bosques, los tugurios y los televisores.
Odio mis palabras teñidas de sangre
Odio las de ellas, las de él, las del mundo creador de realidades en el lenguaje
Y tú...
¡no intentes salvarme!
Odio la compasión desmedida y la persecución bondadosa
Odio la tristeza, odio los días y sus luces
la vigilancia desde el faro de la desgracia
las cornetas de guerra llamando a levantarse a los catatónicos
Que nos dejen morir, así, en éste río de ardiente lava
que calcina cualquier pensamiento y emoción
Odio escribir sobre la muerte, el suicidio y la mortificación
Odio las líneas con voces apestadas de ron
Odio la compañía, me aterra la soledad
Déjame odiarte un instante, que en mi mundo volteado y castigado, es una forma de sentir,
odiar es mi forma de amar y estar.