lunes, 30 de abril de 2012

En las calles los transeuntes me observan
la normalidad juzga mis pasos lentos, mi mirada perdida, mi sabor a ira
¡Moralidad sabuesa!
¡Participantes entusiastas de lo absurdo!
Debo escapar de la recriminacion insidiosa del mundo
pero mis pies se clavan al frio pavimento y sangro...las cuerdas en mi garganta se acobardan

Somos apenas el paso del tiempo
el juego de los dioses entre los bastidores de la vida nos involucra en la matanza mutua de consciencias

¡Que miseria arrastras ahora mis palabras, cuando la lluvia regresa a los modernos desiertos de concreto!
Desiertos de alma mas secas que las infertiles provincias que siembran nuestros huesos

Podria hundirme hasta el fondo acuoso de los charcos
Mi existencia minuscula se pierde entre los latidos de los gigantes
y asi, diminuta, como hormiga sin suelo ni compañero
he de moverme por todas las soledades, mientras los ojos de los espantados siguen mi caminar sonambulo

¡No estoy aqui, espias del inconsciente, he burlado su pauperrima seguridad!
Estoy lejos de su vista ciega que creen perfecta
estoy nadando en la mentira de la materia
en la inconsistencia de los idiomas y las labores de los hombres
estoy quemando incienso en los basureros angelicos
donde los santos apilan sus recuerdos mundanos,
sus secretos de deseos viciosos y negados
su miedo a quedar desnudos en el gobierno del infierno

Y perdida, como todos los que se sueñan cuerdos y despiertos
zigzagueo un futuro de noches en destierro
encendiendo los faroles al camino de lo incierto