sábado, 28 de agosto de 2010

cuando llueve


Cuando llueve
tu mano y mi mano entonan un himno de adioses melancólicos
y hasta puedo leer los trazos de tu sombra en la distancia

Se te vuelve océano el cabello y nadan en él mis besos muertos
como la aurora que descubre al ahogado sediento
en un canal oscuro entre la tierra y el tiempo

Cuando llueve cubrimos una onda de malos augurios
con tazas de café y cenizas de lumbre
Cuando llueve no te oigo ni te siento
me intoxico de encierro tras un pentágono de cuarto
que forma el diamante reluciente de tu silencio
y mi desencanto